lunes, 14 de septiembre de 2009

BIOGRAFIA RIZARD KAPUSCINSKI

Ryszard Kapuscinski (1932-2007)
PERFIL BIOGRÁFICO Y ACADÉMICO
Nació en Pinsk (Polonia oriental, en la actualidad, Bielorrusia), estudió Historia en la Universidad de Varsovia. Ha ejercido el periodismo como principal actividad de su dilatada carrera. Corresponsal de la agencia Polish Press en África, Asia y América Latina (1959-81), donde asistió a 17 revoluciones y procesos de descolonización. Ha colaborado en diarios como The New York Times, Frankfurter Allgemeine Zeitung, Gazeta Wyborcza, Le Monde y El País y semanarios como Time. Ha siso considerado como uno de los mejores reporteros del siglo XX. Ha impartido docencia como profesor visitante en las Universidad de Caracas (1978) y en la Temple University de Filadelfia (1988), y ha participado eb cursos de las universidades de Harvard, Londres, Canberra, Bonn y British Columbia de Vancouver (Canadá). Doctor 'honoris causa' por las universidades de Silesia (1997), Jagellónica de Cracovia (2004), Ramón Llull de Barcelona (2005), ha obtenido, entre otros, los premios Alfred Jurzykowski (Nueva York, 1994), Hansischer Goethe (Hamburgo, 1998), Imegna (Italia, 2000), Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (España, 2003).Entre sus numerosos libros, basados en su experiencia periodística, El Emperador (1978), El Sha (1987), La guerra del fútbol (1992), Lapidarium (1990), El imperio (1994), Ébano (1998), Un día más con vida (2003), Autorretrato de un reportero (2003), El mundo de hoy (2004).Su práctica del reporterismo le ha llevado a vivir de cerca, desde la calle, en la cercanía de las gentes, conflictos narrados con especial tensión periodística. Sus reflexiones reivindican una práctica ética de la profesión, empobrecida por los asaltos de los poderes político y económico, por la espectacularización de la información como mercancía, por el alejamiento del periodismo de la cultura y de la ciudadanía. Empobrecida, también, por nuevas formas de censura, más sutiles que las convencionales, a través de la aparente abundancia de información, que impide la comprensión, silencia realidades y protege intereses. Kapuscinski demanda un periodismo bien construido, hecho por profesionales éticos y bien formados. "En el periodismo -afirma en el libro Los cínicos no sirven para este oficio, Anagrama, Barcelona, 2003--, la actualización y el estudio constantes son la conditio sine qua non. Nuestro trabajo consiste en investigar y describir el mundo contemporáneo, que está en un cambio continuo, profundo, dinámico y revolucionario. Día tras día, tenemos que estar pendientes de todo esto y en condiciones de prever el futuro. Por eso es necesario estudiar y aprender constantemente".


FECHA:lunes 14/2009
Ryzard kapuscinski es uno de los grande escritores y es de vital importancia dale una mirada a el porque nos demuestra que en la profesion de ser comunicadores sociales es necesario entender que debemos actualizarnos constantemente y fuera de eso hay que leer para poder entender el contexto social que vive cada pais del mundo, Es de la unica manera que nuestro oficio va tener un sustento historico y realista de la situacion puesto que somos llamados ha ser los interpretes de la sociedad en la que vivimos.
Es por eso que estoy de acuerdo con lo que manifiesta el autor en su libro
" El periodismo como pasión, entendimiento y aprendizaje"
Antes, el periodismo era una misión practicada por unas pocas personas con amplios conocimientos de cultura e historia. Lamentablemente ahora ha pasado a ser una profesión de masas en la que no todos son competentes. Hoy lo tratan como una carrera más que puede abandonarse mañana si no rinde los frutos económicos esperados. En consecuencia ha perdido cierto aire aristocrático que lo distinguió en el pasado. Tan es así que en nuestros días, en cada pueblo hay una iglesia y una escuela de periodismo. Aprender y ganar
Los reporteros significan un grupo especial entre los periodistas: entregan tiempo, ambiciones, aspiraciones y energía para cumplir con su oficio. Dedicación, concentración y reflexión permanentes constituyen su savia. No obstante, algunos se duermen en sus laureles por enfocarse más en el dinero a costa de la calidad. En ese sentido conviene señalar que en los primeros pasos reporteriles es preferible centrar las miras en la calidad aunque no pueda ganarse mucha plata. Simultáneamente no se logran ambas cosas. Si al inicio se elige ganar menos, al final el periodista sale ganador. Porque nuestro oficio no arroja resultados inmediatos. Hay que trabajar años y años. Antes de los 30 ó 35 todo es aprendizaje. No hay que desesperarse por ganar reconocimientos. La paciencia debe ser una de nuestras virtudes.
En nuestra profesión, más que volvernos cínicos o fríos, el tiempo nos hace más sensibles y vulnerables por las tragedias testimoniadas.
Cazadores furtivos
Nuestra profesión de cronistas, de reporteros, de periodistas, requiere de mucha lectura: es una debilidad pero a la vez una fortaleza de nuestro quehacer. Sin embargo, la mayoría se preocupa más en cómo escribir y muy poco en qué leer. En tales menesteres la ayuda de los colegas es indispensable. Debemos ser cazadores furtivos de otros campos: filosofía, sociología, psicología, antropología, literatura... Y profundizar en los temas. Hacerse sabios. Todo ello con el afán de hacer ver al lector.
Aprendizaje continuo
Años atrás tenía amigos muy talentosos profesionalmente, pero con el transcurso del tiempo desaparecieron del mapa. ¿Qué pasó? Ellos no se desarrollaron por sí mismos. No leían. No participaban en discusiones. No viajaban. Descuidaban su formación...
Debemos aprender a ser humildes y nunca dejar de aprender. Si se apaga el entusiasmo por aprender, se seca el fuego interno. Y si no se prepara uno, se marchita ese entusiasmo. La llama interna no puede descuidarse. No conviene esperar tal sequedad. Mejor prepararse, interesarse, involucrarse, y leer, leer, leer...Momentos definitorios
El trabajo del reportero consiste en rescatar lo verdadero e interesante. En esa búsqueda solitaria todo depende de la gente. Es un oficio que se emprende a solas, pero está a merced de lo que hacen y dicen los demás. Los primeros 15 minutos frente a personas desconocidas y circunstancias nuevas son definitorios. Esos momentos son los que determinan el futuro e incluso parte de la vida. Esa conciencia genera una extraña e intensa sensación. En un ensayo, cierto autor señala que las relaciones se definen en los primeros segundos. Tal impresión lo marca todo. El resto es una continuación de los contactos iniciales. Por ello son tan importantes los primeros encuentros.
Abrirse al encuentro
Hay mucha gente susceptible a la arrogancia. Y como reportero resulta imprescindible una sincera humildad. Porque lo primero ha de ser el entendimiento frente al otro: el ser humano con todas sus inquietudes y su propio mundo. Como entrevistador no es recomendable la dureza. Mejor crear una atmósfera de confianza. Y la primera señal para encauzar la confianza está en la sonrisa. Lo ideal es abrirse al diálogo pese al tipo de gente. Escuchar al entrevistado y poner de nuestra parte para entenderlo.
El valor de la amistad
Definitivamente en nuestro oficio todo depende de los otros. Un periodista solo no puede hacer nada porque su vida y su quehacer dependen del otro. Si uno no sabe relacionarse con la gente y ganarse su amistad, se ve impedido para desarrollar su labor profesional. Sin el apoyo y la confianza de los otros es imposible ejercer el periodismo.
Conocer y entender el mundo
Para comprender una cultura ajena hay que internarse y asentarse en su tierra. Sólo así podrá captarse esa otredad. Para ello hay que tener plena disposición y desconectarnos de "nuestro" mundo. De esa suerte se entenderán las distintas realidades del entorno visitado. Eso es muy difícil y casi nadie lo intenta realmente. Son pocos los interesados en conocer el mundo. La mayoría de la gente está satisfecha sin conocer nuevos lugares. La inmigración, por lo general, se liga con sucesos lamentables. Se inmigra no por placer o para conocer sino por tragedias.
Dos talleres
Tenemos dos tipos de taller a lo largo de la vida profesional; el del reporteo y la escritura cotidiana, enraizado en la velocidad de la noticia; y el de la pesquisa y la indagación profunda, compenetrado en proyectos históricos de largo aliento. El primero era un sacrificio y me permitía sobrevivir económicamente, pero a la vez me abría la pauta para el segundo al aportar los nutrientes básicos para engendrar mis libros. Resulta obligado plantearse proyectos más profundos, de largo aliento, porque si nos limitamos sólo al primer taller, circunscrito a la veloz coyuntura, estamos perdidos. Así, en el segundo y reposado taller aprovecho lo que no pude incluir en las notas enviadas, en su momento, para la agencia informativa. El lenguaje y manejo periodístico de agencia es muy pobre: de hecho, como me cobraban 50 centavos de dólar por palabra, sólo podía usar 200 palabras para describir intensos y relevantes sucesos de un día. Por eso escribí mis libros.
Trabajar como reportero, con informaciones rápidas, era el precio por hacer lo que me gustaba: conocer gente, sumergirme en culturas, investigar sucesos, aprender del mundo, escribir mis libros, el ser escritor... Resulta fundamental tener conciencia de ello para dominar la situación y no afectarse por las circunstancias. En ese sentido es preciso estar por encima de los hechos para dominarlos como un piloto a la nave que conduce.
FECHA:lunes 14/2009

4 comentarios:

  1. Tu blog esta muy organizado pero no olvides que tambien debemos subir la entrevista que le hicimos al compañero de Comunicación Social de último semestre. Te faltan opiniones personales. Bien

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  2. Andres...esta super lindo pero te faltan algunas noticias.

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